Tranvía azul, el último romántico

Situados en la cola, esperan a que llegue el último romántico, un tranvía con más de 100 años de historia y poco más de 1 kilómetro de recorrido.

Con el ticket en la mano, a la espera del revisor, las caras de los niños, y no tan niños, se ilusionan. Una vez tienen el billete marcado, ya pueden subir. Ocupan sus asientos. Y uno a uno consiguen que el vagón azul se llene. Ahora sí, se cierra la valla y empieza el viaje en el último superviviente de la antigua línea de tranvías.

A velocidad lenta, suben para disfrutar del breve trayecto que une la presidencial plaza de asfalto con uno de los pulmones de nuestra ciudad. Sólo serán diez minutos y 93 metros de desnivel, pero el viaje será también un recorrido al pasado de la ciudad, nuestra querida Barcelona.